Cuando jugadores como Thomas Müller llegan, muchas veces se piensa en construir el equipo alrededor de ellos. Müller, campeón del mundo y ganador de la Champions League con Bayern Munich, se unió a los Vancouver Whitecaps este verano. Sin embargo, el técnico Jesper Sørensen optó por una estrategia distinta: incorporar a Müller en el esquema existente del equipo, en lugar de centrar todo alrededor de él. Aunque Müller ocupa un lugar destacado, la estrategia ha resultado beneficiosa.
Los Whitecaps están en la final de la MLS Cup, listos para enfrentar a Inter Miami. Müller, siempre motivado por el bienestar del equipo, encontró en Vancouver un conjunto sólido que ya había llegado a la final de la Concacaf Champions Cup y que competía por el mejor récord en la Conferencia Oeste. Su enfoque en el trabajo en equipo es evidente, como lo demostró al celebrar la victoria del equipo con una publicación en Instagram, destacando la importancia del grupo.
Sørensen llegó al club en invierno y encontró un equipo bien estructurado con jugadores clave como Tristan Blackmon, Yohei Takaoka y Sebastian Berhalter. La llegada de Müller ha potenciado al equipo no solo con su habilidad en el campo, sino también con su liderazgo. Aunque sus cifras de goles y asistencias han disminuido en los playoffs, su influencia sigue siendo clara al contribuir en defensa y en la creación de jugadas.
A pesar de las lesiones, Müller sigue siendo una pieza crucial y espera estar al 100% para la final ante Inter Miami. Aunque el juego se presenta como un enfrentamiento entre él y Lionel Messi, Müller subraya que la fortaleza de Vancouver radica en su cohesión como grupo. Esta mentalidad podría llevarlo a sumar otro trofeo a su ya extensa colección de títulos.
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