El debut de Russell Wilson como quarterback fue complicado, logrando solo 17 de 37 pases para 168 yardas sin touchdowns, en una derrota de 21-6 ante los Washington Commanders. La línea ofensiva tuvo dificultades, lo que complicó su rendimiento.
El equipo enfrentó obstáculos durante todo el partido, y la falta de protección afectó la eficacia de Wilson. A pesar de sus intentos, no consiguió conectar con sus receptores de manera efectiva.
La defensa de los Commanders mantuvo la presión constante, lo que limitó las oportunidades de avance. Esto resultó en una jornada sin lograr entrar a la zona de anotación.
Tras el encuentro, se mencionaron áreas de mejora necesarias, especialmente en la protección del quarterback. El equipo buscará ajustes para futuros enfrentamientos.
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