Simone Biles ha dejado una marca imborrable no solo por sus logros en la gimnasia artística, sino también por los cambios que ha impulsado desde los Juegos de Tokio, donde su retirada puso en primer plano la importancia de la salud mental en el deporte. París reflejará este impactante legado, evidenciado por los cinco movimientos que llevan su nombre y sus récords y medallas.
“Siempre vamos a dar prioridad a la salud mental”, afirmó Biles tras el último selectivo de Estados Unidos. “Tokio nos brindó la oportunidad de abrir ese escenario para esa charla. Ahora los atletas estamos más en sintonía y nos tomamos la salud mental un poco más en serio”, explicó, subrayando su compromiso con este tema crucial.
El autocuidado se ha fusionado con el legado de Biles, acompañado por su nueva perspectiva del éxito. “El éxito para mí significa algo diferente ahora. Antes, todo el mundo definía el éxito por mí, aunque yo tenía mi propia visión”, comentó a Olympics.com. “Ahora se trata de presentarse, estar bien mentalmente, disfrutar, y dejar que lo que tenga que suceder, suceda”.
Más allá de la salud mental, Biles es una poderosa defensora contra el abuso en la gimnasia. En 2018, reveló que había sido víctima del exmédico del equipo estadounidense. Su valentía para denunciar y su inmensa plataforma contribuyeron a cambios sistémicos en el deporte, consolidando su influencia más allá de la gimnasia.
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