La Semana 1 de la NFL siempre es un caos emocionante. Después de meses de especulaciones, la apertura de la temporada es una especie de espectáculo de realidad de siete horas. Algunos eventos son significativos, otros solo ilusiones. Por ejemplo, la temporada pasada, los Saints fueron los máximos anotadores en la primera semana, y aunque algunos resultados son engañosos, todavía podemos identificar lo que es real y lo que no.
Un error crucial fue cometido por los Ravens el domingo por la noche, cuando tuvieron la oportunidad de asegurar la victoria ante los Bills pero optaron por despejar en vez de confiar en su ofensiva. Esta decisión permitió a Josh Allen llevar a su equipo a vencerlos. La decisión fue criticada, ya que los Ravens tenían a Lamar Jackson y Derrick Henry, dos jugadores que podrían haber asegurado la victoria en una jugada de cuarta oportunidad.
En cuanto a los Lions, hay preocupaciones sobre su ofensiva. Aunque habían dominado a los Packers en años anteriores, esta vez cayeron ante ellos. La defensa de los Packers, liderada por Micah Parsons, fue clave, y Jared Goff tuvo problemas para encontrar un ritmo fuera de las jugadas de engaño. Además, sin una amenaza real en el juego terrestre, su ofensiva fue limitada.
Por otro lado, los Jets mostraron que su juego terrestre puede ser sólido. Bajo el nuevo coordinador ofensivo Tanner Engstrand, el equipo aprovechó las habilidades de Justin Fields y su línea ofensiva para correr eficientemente. A pesar de la lesión de Alijah Vera-Tucker, los Jets lograron avanzar consistentemente con contribuciones claves de jugadores menos conocidos como Josh Myers y Mason Taylor, prometiendo una temporada interesante si mantienen este enfoque.
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