Los Cowboys han sufrido su primera lesión importante durante el campamento de entrenamiento, incluso antes de iniciar las prácticas con hombreras. Sam Williams, quien se esperaba tuviera un rol destacado en la defensa, padeció un desgarro del ligamento cruzado anterior y del ligamento medial colateral en su rodilla izquierda. Este incidente ocurrió durante la práctica del domingo y requerirá una cirugía artroscópica que lo mantendrá en la reserva de lesionados por el resto de la temporada.
Williams resultó herido mientras participaba en un ejercicio de equipos especiales, intentando bloquear a otro defensor cuando cayó abruptamente al suelo. Permaneció varios minutos en el suelo, evidenciando gran dolor, y necesitó asistencia para levantarse y ser transportado en un carrito. Después de la práctica, el propietario y gerente general de los Cowboys, Jerry Jones, mencionó que “no se ve bien”, aunque esperaban el mejor escenario posible para Williams.
Esta pérdida es significativa tanto para Williams como para los Cowboys, quienes lo seleccionaron en la segunda ronda del draft de 2022 con la expectativa de que se convirtiera en una pieza clave en el borde defensivo. A pesar de haber registrado 8.5 capturas en dos años, esta temporada era vista como su oportunidad para brillar, sobre todo después de que los Cowboys no renovaran a los agentes libres Dorance Armstrong y Dante Fowler.
Ante la ausencia de Williams, los Cowboys dependerán de otros apresuradores como la selección de segunda ronda Marshawn Kneeland, Durrell Johnson y Junior Fehoko. El equipo aún cuenta con uno de los mejores apresuradores de la NFL, Micah Parsons, quien ha registrado 40.5 capturas en sus tres primeras temporadas, junto con el cuatro veces Pro Bowler DeMarcus Lawrence.
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