Rose Zhang redefine lo que significa hacerlo todo en los Juegos Olímpicos de 2024
Con solo 9 años, Rose Zhang ya mostraba su talento natural para el golf en el jardín de su casa en Irvine, California. Su padre, Haibin Zhang, notó su pasión y habilidad y los fines de semana, transformaban terrenos vacíos en campos de golf improvisados donde Rose pasaba horas practicando. Este esfuerzo continuo y amor por el golf llevaron a que pronto participara y ganara torneos juveniles, entrenando con el coach Jeff Tu en el Oak Creek Golf Club.
Doce años después de sus primeras prácticas, Rose sufrió un revés al no pasar el corte en el Chevron Championship, el primer major de la temporada LPGA 2024. Durante ese tiempo, también balanceó una carga académica intensa en Stanford y problemas de salud no diagnosticados. Este año tumultuoso la llevó a reflexionar y redefinir sus metas, ahora enfocada en ganar en el campo y encontrar su identidad fuera de él, todo esto mientras representa a Estados Unidos en las Olimpiadas de París.
Desde temprana edad, Zhang enfrentó desafíos de perfeccionismo interno y la demanda de su padre, quien dejó su trabajo para apoyar su carrera deportiva. Con el tiempo, comenzó a destacar en torneos con la ayuda de coaches prestigiosos como George Pinnell. A pesar de múltiples éxitos durante su juventud, Zhang siempre sintió la presión de superar sus propios límites, gestionando sus estudios en una escuela rigurosa y manteniendo su rendimiento atlético.
La victoria profesional de Zhang en su debut en la LPGA en 2023 la catapultó a la fama, pero su salud continuaba siendo un desafío. Con el apoyo de su familia, amigos y mentores como Michelle Wie West, Zhang ha aprendido a equilibrar sus exigencias personales y profesionales. Ahora, con su debut olímpico en París, sigue enfrentando el reto de hacerlo todo, pero con la sabiduría de saber cuándo dejar ir y confiar en sus seres queridos y su fe.
