En los Juegos Olímpicos de París, la delantera de la selección femenina de fútbol de EE.UU., Trinity Rodman, entró al vestuario tras la victoria sobre Australia con un cartel en la mano. El cartel, entregado por un aficionado, tenía los nombres de las tres delanteras titulares: Rodman, Sophia Smith y Mallory Swanson, bajo el título “LA SANTA TRINIDAD”. Aunque Rodman agradeció el gesto, expresó su deseo de encontrar otro apodo que no se centrara solo en su nombre. “No quiero que sea solo, como, mi nombre”, comentó.
Este pequeño detalle es prácticamente el único problema que han enfrentado las delanteras en los últimos cuatro partidos. Mientras el equipo se prepara para la semifinal olímpica contra Alemania, pueden estar seguras de que han cumplido con su objetivo principal: marcar goles. Rodman y Swanson lideran con tres goles cada una, mientras que Smith ha añadido dos, sumando ocho de los diez goles del equipo en París.
La nueva entrenadora, Emma Hayes, ha priorizado la cohesión del equipo, manteniendo su alineación preferida a pesar de la naturaleza comprimida del torneo. Este enfoque ha generado una valiosa comprensión entre el trío ofensivo. En el triunfo 4-1 sobre Alemania en la fase de grupos, una combinación perfecta entre Rodman y Smith subrayó lo bien que se están adaptando a las tácticas de Hayes, quien describió al trío como “dinámicos”.
Mallory Swanson, quien ha sido parte del equipo desde 2016, ha valorado finalmente poder jugar sin miedo tras una grave lesión. Su familiaridad con Smith, con quien creció jugando en el mismo club, ha facilitado su reintegración. Emma Hayes ha animado a Smith a jugar más centrada, aprovechando su capacidad para finalizar jugadas dentro del área. Trinity Rodman, por su parte, ha destacado por su capacidad ofensiva y defensiva, siendo esencial en la nueva identidad del equipo, un sentimiento que también comparte la capitana Lindsey Horan.
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