El sábado pasado, Mississippi State vivió momentos de gloria mientras Florida enfrentó la desilusión. En Starkville, el campo se llenó de euforia con la inesperada victoria de Mississippi State sobre el número 12, Arizona State. El quarterback Blake Shapen se destacó al lanzar tres pases de touchdown, incluyendo uno decisivo de 58 yardas en los últimos segundos. Los aficionados celebraron arrancando los postes del campo y llevándolos a un lugar emblemático de la ciudad, mientras que en Gainesville, los seguidores de Florida expresaron su frustración tras perder contra USF en el último momento.
Florida, bajo la dirección de Billy Napier, no logró consolidar el éxito obtenido la temporada pasada. A pesar de una prometedora racha de victorias contra equipos importantes, la derrota ante USF dejó a los Gators con un panorama complicado. DJ Lagway no pudo conectar ofensivamente y el equipo solo logró 4 de 12 conversiones en tercer down. Los desafíos continúan para Florida, enfrentándose a ocho equipos clasificados próximamente, incluyendo a Mississippi State, que ahora parece un rival más fuerte.
Mientras tanto, otros equipos también dieron de qué hablar. Illinois se recuperó de un inicio lento y aprovechó los errores de Duke, logrando un triunfo significativo. Syracuse, por su parte, escapó de un susto ante UConn ganando en tiempo extra, pero su entrenador todavía está insatisfecho con su rendimiento general. Además, se revivieron rivalidades emocionales, como la de Kansas y Missouri, y Baylor contra SMU, donde Baylor emergió victorioso después de una emocionante remontada.
Estas historias reflejan la imprevisibilidad de la temporada de fútbol americano universitario. Mississippi State sorprendió a muchos al vencer al campeón del Big 12 del año pasado, al mismo tiempo que Florida sufriera una derrota inesperada. Dos semanas en esta temporada ya han demostrado que incluso los equipos más poderosos pueden enfrentar incertidumbres, y aún no se ha escrito el capítulo final de este emocionante año deportivo.
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