NANTERRE, Francia — En la última noche de natación en los Juegos Olímpicos de París, Estados Unidos estableció dos nuevos récords mundiales: uno en la competición masculina y otro en el relevo femenino, logrando así superar a su rival Australia en el conteo de medallas de oro.
El nadador estadounidense Bobby Finke marcó un nuevo récord en los 1,500 metros libres, completando la distancia en 14 minutos y 30.67 segundos, superando el récord anterior de 14.31.02 impuesto por el chino Sun Yang en los Juegos de Londres 2012. “Quería volver a escuchar el himno en el podio, como en Tokio,” expresó Finke, quien había ganado el oro en esta misma prueba hace tres años.
La jornada también destacó por el éxito del equipo femenino de relevos 4×100 metros estilos, que batió el récord mundial con un tiempo de 3 minutos y 49.63 segundos. Lilly King, Gretchen Walsh y Torri Huske sobresalieron en sus segmentos de la carrera, mientras que Regan Smith abrió con una fuerte actuación en el tramo de espalda.
Con estos logros, Estados Unidos cerró su participación en la natación con un total de ocho medallas de oro, superando a Australia que obtuvo siete. Sin embargo, en el total de medallas, los estadounidenses consiguieron 28, quedando a dos metales de su desempeño en los Juegos de Tokio.
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