En un momento crucial para la Big Ten, ahora expandida a 18 equipos, potencias tradicionales de la costa oeste como Oregon, Washington, USC y UCLA debutarán en la liga tras abandonar la Pac-12. La capacidad de estos equipos será puesta a prueba con rivales como Michigan, campeones nacionales, Penn State, que presenta su equipo más talentoso en años, y Ohio State, uno de los equipos más potentes en el fútbol universitario. Además, otros como Iowa y Nebraska, bajo la dirección del entrenador Matt Rhule, tienen razones para ser optimistas.
En cuanto a la perspectiva de la CFP, Ohio State busca no solo vencer a Michigan sino también una profunda incursión en los playoffs, quizás incluso un título nacional. Por su parte, Penn State se encuentra en una posición favorable con un equipo talentoso liderado por el nuevo coordinador ofensivo Andy Kotelnicki y el QB Drew Allar. Michigan, a pesar de perder a su entrenador Jim Harbaugh y numerosos jugadores clave, sigue siendo un contendiente, mientras que USC, con la esperanza de mejorar su defensa, enfrenta expectativas moderadas en su nueva conferencia.
Entre las transferencias destacadas, Ohio State se reforzó al incorporar a piezas clave como el S Caleb Downs y el RB Quinshon Judkins. Oregon sumó al QB Dillon Gabriel, quien reemplaza al conocido Bo Nix. En cuanto a los novatos, Ohio State espera grandes cosas del WR Jeremiah Smith, mientras que el QB Dylan Raiola de Nebraska ya muestra un enorme potencial para liderar a su equipo.
Los juegos imperdibles incluyen enfrentamientos como Texas contra Michigan en septiembre y Ohio State visitando a Oregon en octubre, ambos prometiendo grandes implicaciones para los playoffs y títulos de la Big Ten. Además, el esperado duelo entre Michigan y Ohio State a final de noviembre podría determinar el rumbo de la temporada. Las expectativas son altas, y todos los equipos se preparan para demostrar su valía en un panorama competitivo renovado.
Source link