Max Verstappen brilló en Monza al imponerse sobre los McLaren, destacando tanto su habilidad excepcional como el trabajo detrás del Red Bull RB21. Aunque el coche no es el más fuerte de la temporada, especialmente en curvas lentas, su desempeño en Monza se debió a su potencia en rectas y curvas rápidas. La estrategia de bajo agarre permitió a Verstappen maximizar su control y precisión, aspectos clave en pistas de baja carga aerodinámica como Japón, Arabia Saudita y Monza.
Con Laurent Mekies al mando del equipo tras la era Christian Horner, Verstappen logró un récord de velocidad en Monza. Mekies, enfocado en un enfoque técnico y basado en datos, ofreció a Verstappen el apoyo necesario para personalizar su coche según sus preferencias, priorizando la sensación sobre la telemetría. Esta victoria fue fruto de una combinación perfecta entre habilidad y estrategia, con Verstappen manejando cada vuelta como si fuera una clasificación.
En términos de estrategia, la baja degradación y el rendimiento optimizado de los neumáticos medios permitieron que Verstappen ampliara su ventaja sobre Lando Norris. Además, los riesgos tomados por McLaren al esperar una bandera amarilla que nunca llegó jugaron a favor de Red Bull. Max destacó cómo un mejor balance en el coche hizo posible un rendimiento óptimo, señalando una mejora en la compresión de su vehículo que podría ser favorable en próximos circuitos de baja carga.
Aunque Red Bull aún enfrenta desafíos en circuitos con muchas curvas lentas, se espera que trazados como Bakú y Las Vegas permitan a Verstappen competir de manera efectiva. Max sigue siendo la mayor amenaza para McLaren en 2025, recordando al mundo del automovilismo su destreza única para sacar el máximo de su monoplaza, incluso en condiciones adversas. A medida que la temporada avanza, Verstappen buscará aprovechar cada oportunidad para desafiar a sus rivales con su estilo de conducción distintivo.
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