En Maranello, la sede de Ferrari refleja el estado actual de su equipo de Fórmula 1. Aunque no se esperaba una temporada de reconstrucción en 2025, las limitaciones del coche descubiertas al inicio y las dificultades de Hamilton en su nuevo entorno contribuyeron a un año complicado. Hamilton, que llegó con la esperanza de conseguir su octavo título, terminó la temporada reflexionando sobre un “annus horribilis,” y expresando su deseo de desconectarse completamente durante el invierno.
Al comienzo del año, Hamilton mostró entusiasmo por su nueva etapa en Ferrari, pero conforme avanzó la temporada, su frustración creció. Después de decepcionantes resultados en varias clasificaciones, incluso pidió cambios en el equipo. El presidente de Ferrari, John Elkann, instó a centrarse en las carreras en lugar de las declaraciones públicas. Hamilton y su compañero Charles Leclerc minimizaron las tensiones, mientras que Frédéric Vasseur subrayó la importancia de la colaboración interna.
Una de las principales razones del mal desempeño de Ferrari fue la necesidad de correr los coches muy bajos, lo que resultó en problemas de desgaste. En un punto temprano de la temporada, Ferrari decidió enfocar sus esfuerzos en los regulaciones de 2026, aceptando las fallas del coche de 2025. Esto complicó la situación de Hamilton, acostumbrado a Mercedes, quien encontró difícil adaptarse a todos los cambios.
Para 2026, Ferrari busca mejoras en todos los aspectos, desde ajustes en el coche hasta mejor entendimiento entre Hamilton y el equipo. Aunque hubo un déficit notable entre Hamilton y Leclerc en varias competencias, Vasseur cree que con pequeñas mejoras, Hamilton podrá maximizar el potencial del coche y competir más de cerca con su compañero. El objetivo es sincronizar al equipo de manera que en la próxima temporada puedan regresar a la gloria esperada.
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