El presente artículo discute por qué Mohamed Salah y Arne Slot no son los responsables de las dificultades de Liverpool esta temporada. Salah expresó su descontento en una entrevista, sintiendo que se lo culpaba por las fallas del equipo, aunque Slot, quien ganó un título en su primera temporada con el club, también ha sido cuestionado. Su relación con el equipo de Klopp dejó una base sólida, pero las nuevas incorporaciones no han mejorado el rendimiento como se esperaba.
Liverpool gastó la cifra récord de 482,9 millones de euros en jugadores como Florian Wirtz y Alexander Isak, pero el equipo no ha mostrado la mejora esperada, sufriendo cambios constantes en la alineación. Las dificultades reflejan la complejidad del fútbol, donde decisiones tácticas o cambios en el personal pueden afectar el rendimiento general. Citando a Johan Cruyff: “Si tus jugadores son mejores que los rivales, ganarás el 90% del tiempo”. Esto plantea dudas sobre la calidad de las incorporaciones recientes.
Para ganar la Premier League, se ha visto que los equipos necesitan entre tres y cuatro delanteros de calidad. Sin embargo, este año, solo Cody Gakpo alcanza ese nivel, lo que señala que las nuevas adquisiciones no han sido tan efectivas como se esperaba. La falta de producción de jugadores clave como Isak y Wirtz ha sido notable, afectando el desempeño global del equipo. La expectativa era que estos jugadores proporcionaran un nivel de producción que no se ha materializado.
A pesar de las críticas a Slot, la estructura del club ha jugado un papel en el éxito y desafíos actuales. Si bien Slot es el “entrenador en jefe” y no el “manager”, las decisiones de contratación han sido clave en la actual situación problemática. Wirtz y Ekitike encajan en el modelo de Liverpool, pero Isak no ha demostrado el mismo nivel de rendimiento, lo que plantea preguntas sobre si las decisiones de contratación fueron tomadas acertadamente para maximizar el talento disponible en el equipo.
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