Hace un año, la afición del Liverpool estaba preocupada tras la salida de su icónico entrenador, Jürgen Klopp. A pesar de haber liderado la tabla en abril, terminaron en tercer lugar debido a las lesiones. En lugar de hacer grandes cambios, el club decidió continuar con la misma estrategia. Rechazados por Martín Zubimendi, terminaron fichando a Giorgi Mamardashvili y Federico Chiesa, lo que generó dudas sobre su capacidad para competir por el título.
Avancemos hasta hoy: Liverpool ganó su vigésimo título de la Premier League y ha gastado más de 300 millones de euros en fichajes, cifra que podría superar los 500 millones. Han adquirido jugadores como Florian Wirtz, Hugo Ekitike, Milos Kerkez y Jeremie Frimpong. Mientras tanto, han vendido a jugadores como Jarell Quansah, Caoimhín Kelleher y Trent Alexander-Arnold. La posibilidad de fichar a Alexander Isak de Newcastle también se rumorea mucho.
Liverpool está aprovechando su fuerte posición financiera. Con ingresos significativos de la remodelación de Anfield y un nuevo acuerdo de patrocinio con Adidas, tienen margen para gastar. Durante tres años, otros grandes clubes de la Premier han gastado más que Liverpool, pero gracias a su rendimiento y estructura financiera, ahora pueden realizar inversiones sustanciales en el mercado de fichajes.
El equipo necesitaba rejuvenecer su plantilla, especialmente después de perder a figuras clave. Michael Edwards regresó como CEO de fútbol, enfocándose en retener talentos importantes. Al abordar deficiencias en posiciones clave y con nuevos fichajes jóvenes y prometedores, Liverpool está buscando garantizar su éxito a largo plazo y competir al más alto nivel.
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