Los Green Bay Packers sorprendieron al hacer un intercambio agresivo con los Cowboys por Micah Parsons, entregando al tackle defensivo Kenny Clark y dos elecciones de primera ronda. A Parsons le ofrecieron un contrato de cuatro años por $188 millones. Esto desató una serie de reacciones, incluidas las de Sam Acho y EJ Manuel, quienes cuestionaron la decisión de los Cowboys de dejar ir a Parsons.
Desde que Brian Gutekunst es gerente general en 2018, los Packers han tenido éxito, incluyendo llegar a las finales de la NFC en 2019 y 2020 y participar en los playoffs en cinco de siete temporadas. Sin embargo, aún no han logrado llegar al Super Bowl. La llegada de Parsons busca cambiar esto, mostrando un sentido de urgencia en el equipo de Green Bay para alcanzar el campeonato.
El nuevo presidente y CEO del equipo, Ed Policy, quien asumió en julio, parece estar exigiendo resultados inmediatos, ya que dejó claro que las extensiones de contrato para Gutekunst y el entrenador Matt LaFleur dependerán del rendimiento de esta temporada. Aunque Gutekunst siempre ha defendido que el fútbol americano no depende de un solo jugador, la oportunidad de adquirir a Parsons era irresistible.
La incorporación de Parsons responde a las necesidades de mejorar su presión al mariscal, un área que fue débil el año pasado. A pesar de las mejoras en el sector defensivo, los Packers necesitaban reforzar su juego, y Parsons, quien ha sobresalido en sus cuatro temporadas, parece ser la pieza clave. LaFleur también implementó cambios en su equipo técnico para fortalecer la defensa. Ahora, el tiempo dirá si este movimiento audaz traerá los resultados deseados.
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