Ty Gibbs ganó el primer In-Season Challenge de NASCAR el pasado fin de semana en Indianápolis. Como dijo Wayne Gretzky, “fallas el 100% de los tiros que no tomas”, y NASCAR parece estar tomando esta filosofía al probar nuevas ideas. Hace veinte años, las reformas simultáneas y radicales en la serie de la Copa causaron confusión entre los seguidores, pero ahora hay una estrategia más calculada detrás de cada intento, incluso si algunos fallan.
Un ejemplo reciente de esta experimentación es el juego de béisbol único entre los Atlanta Braves y Cincinnati Reds en el Bristol Motor Speedway, que podría repetirse si resulta divertido. El campeón de la Copa, Joey Logano, expresó su apoyo a la voluntad de probar cosas nuevas, siempre que se mantenga la esencia de lo que ha hecho grande al deporte. Este año también ha visto un aumento en las carreras en carreteras y calles, y el regreso a pistas históricas como North Wilkesboro.
Un cambio clave en la mentalidad de NASCAR ocurrió durante la pandemia de 2020, cuando una flexibilidad sin precedentes en la programación permitió el regreso de las carreras. Desde entonces, NASCAR ha encontrado una nueva libertad, con contratos más cortos que facilitan la adaptación del calendario. Como resultado, las ideas exitosas, como las carreras callejeras y el regreso a North Wilkesboro, se mantienen, mientras que otras no han sido permanentes.
La temporada de 2026 promete más innovación, con eventos como una carrera en una base naval en San Diego. Aunque no todos los experimentos han sido exitosos, la voluntad de intentar y aprender de los errores sigue siendo una fuerza motriz. La idea es seguir intentando, disparando a nuevos objetivos con la esperanza de lograr nuevas victorias.
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