Mucho deporte, pero es improbable un auge en las apuestas olímpicas en 2024

La ceremonia de apertura de los Juegos Olímpicos de Verano siempre es un espectáculo único, y la edición de 2024 promete no defraudar con los atletas de élite desfilando por el río Sena en una náutica Parade of Nations. Sin embargo, pese a la magnitud del evento, se espera que el impacto en las apuestas deportivas sea limitado en Estados Unidos. Aunque los apostadores estadounidenses tendrán la oportunidad de diversificar sus apuestas con deportes menos conocidos, la falta de familiaridad y horarios poco convenientes dificultarán que estas apuestas representen una parte significativa del volumen total.

El baloncesto, especialmente con figuras como LeBron James y el equipo masculino de Estados Unidos, se perfila como el mayor impulsor de apuestas. Las casas de apuestas como DraftKings y BetMGM reportan que el equipo estadounidense de baloncesto masculino es su apuesta más popular, con la femenina siguiendo de cerca. Las probabilidades indican que ambos equipos son favoritos para ganar el oro, lo que lleva a que los apostadores estén colocando grandes sumas en estos equipos.

Otros deportes también atraerán algunas apuestas gracias a la presencia de atletas que ya son conocidos, como el equipo español de fútbol masculino y tenistas como Carlos Alcaraz e Iga Swiatek. Sin embargo, la competencia con eventos mayores y la coincidencia de muchos eventos simultáneos desalienta una mayor participación en apuestas en deportes menos populares o conocidos.

A pesar de la oportunidad que representan los Juegos Olímpicos para las apuestas en un período generalmente lento del año, la investigación de Zagorsky muestra que históricamente no ha habido un aumento significativo en el volumen de apuestas durante los Juegos. A medida que más estados legalizan las apuestas deportivas y con una mejor programación en comparación con los Juegos de Tokio 2020, se espera un mayor interés este año. No obstante, aún se espera que el impacto en las casas de apuestas sea modesto en comparación con otros eventos deportivos de gran popularidad en Estados Unidos como la NFL o el March Madness.

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