En Arlington, Texas, el juego de pretemporada de los Dallas Cowboys terminó, mientras que la atención sobre Micah Parsons toma un nuevo rumbo. Antes del partido final contra los Atlanta Falcons, Parsons fue visto caminando hacia el vestuario comiendo nachos. Un aficionado de los Falcons le gritó “Ven a los Falcons”, y Parsons respondió haciendo un gesto de llamada telefónica. Durante el juego, se le vio sin uniforme, usando una sudadera azul y, en el tercer cuarto, acostado en una camilla médica.
El entrenador Brian Schottenheimer comentó que no estaba al tanto de las acciones de Parsons ya que estaba concentrado en el juego. Dijo que luego revisarían el desempeño tanto dentro como fuera del campo. Después del partido, Parsons aclaró en redes sociales que el tiempo que pasó en la camilla fue breve y que no intentó faltar al respeto a sus compañeros. También surgió la noticia de que Parsons se sometió a una resonancia magnética debido a molestias en su espalda.
Parsons no ha practicado durante todo el verano, en parte debido a la negociación de un nuevo contrato. Aunque el propietario Jerry Jones mencionó que Parsons estaba lidiando con una rigidez en la espalda, cree que esto formaba parte de las tácticas de negociación. Han surgido rumores sobre desacuerdos contractuales, pero Trevon Diggs expresó su deseo de que la situación se resuelva favorablemente, ya que considera a Parsons parte vital del equipo.
A pesar de los eventos recientes, Schottenheimer sigue confiando en que Parsons jugará contra los Philadelphia Eagles en el inicio de la temporada. Los Cowboys se preparan para el primer partido de la temporada regular el 4 de septiembre tras realizar los últimos recortes para definir la plantilla final.
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