Ruben Amorim vivió una noche inolvidable en Grimsby, aunque por las razones equivocadas. Manchester United cayó en una tanda de penaltis 12-11 ante Grimsby Town de la Liga Dos, tras empatar 2-2 en el tiempo reglamentario. Este sorprendente revés marca un nuevo punto bajo para Amorim y podría ser el comienzo de su declive como entrenador del equipo. Jamás antes United había perdido ante un equipo de la cuarta división en esta competición, y la forma en que fueron eliminados podría poner en riesgo su puesto.
A pesar de comenzar perdiendo 2-0, United logró igualar el marcador gracias a Bryan Mbeumo y Harry Maguire, pero finalmente sucumbieron en los penales después de que jugadores clave fallaran sus intentos. Amorim criticó a sus jugadores diciendo: “Cuando juegas contra un equipo de cuarta división, no es solo el portero, es todo.” Esta fue una de las actuaciones más humillantes del equipo.
El problema más grande es la insistencia de Amorim en un sistema 3-4-3 que no se adapta a la Premier League. La falta de un mediocampo funcional deja a los delanteros sin oportunidades, y aunque el equipo ha realizado costosos fichajes, las soluciones parecen lejanas. Con la ventana de transferencias a punto de cerrar, las opciones para mejorar el equipo son limitadas. Los aficionados de Grimsby no dejaron de cantarle a Amorim que sería despedido, reflejando el malestar general.
Amorim ha estado a cargo durante 45 partidos, sumando más derrotas que victorias. Su récord es el peor desde que Sir Alex Ferguson se retiró en 2013, y la derrota ante Grimsby podría marcar un punto de inflexión. La estabilidad en el club es un bien escaso, pero continuar bajo la dirección de Amorim parece insostenible si quieren evitar hundirse más.
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