El fútbol brinda segundas oportunidades, y Lucas Chevalier lo demostró. En la final de la Supercopa de Europa contra el Tottenham, pocos días después de ser anunciado como nuevo jugador del PSG, el francés se enfrentó a su primer reto: reemplazar a Donnarumma, considerado el mejor portero de la temporada pasada. Aunque estuvo cerca de recibir críticas tras un desafortunado gol de Cuti Romero, Chevalier fue elogiado por su capacidad de juego con los pies, una de las razones de su fichaje desde el Lille por 40 millones de euros.
El rendimiento del joven portero fue notable, salvo por el error en el 2-0 del Tottenham. A pesar de esto, realizó paradas impresionantes, como una mano a un potente disparo de Richarlison y otra donde no pudo evitar el gol tras un remate de Van den Ven. Estas acciones confirmaron su capacidad para manejar presión, tal como había mostrado en la Champions de la temporada pasada.
Durante la segunda mitad, Chevalier fue el foco de atención al mostrar serenidad y control del balón. Aunque el gol del Tottenham pudo haber generado debate, el PSG logró remontar y ganar en los penales, permitiendo al portero redimirse y mantener su concentración hasta el final. Su actuación fue crucial para que Luis Enrique celebrara su octavo título con el PSG.
Luis Enrique expresó su satisfacción: “Estoy muy contento por Chevalier. Su primer partido y su primer trofeo”. La decisión del entrenador de confiar en Chevalier sobre Donnarumma resultó acertada, lo que refuerza la posición del portero y calma, al menos temporalmente, el debate sobre la portería en la prensa francesa. El próximo desafío será el debut del PSG en la liga contra el Nantes.
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