A pesar de que Real Madrid lidera LaLiga, el entrenador Xabi Alonso enfrenta crecientes críticas. En el reciente empate 2-2 contra Elche, el equipo mostró debilidades, despertando la ira de los medios. Jude Bellingham rescató un punto con un gol controvertido, pero el juego dejó en evidencia problemas de conexión entre Alonso y sus jugadores. La prensa insiste en que Alonso no logra transmitir sus tácticas, y hay rumores de descontento, especialmente después de dejar a Vinícius Júnior en el banquillo, algo que muchos interpretaron como un desafiante gesto de independencia por parte del entrenador.
El momento de Alonso es delicado, agravado por el contexto político y exigente de su club. Después de tres partidos sin ganar, las críticas se intensifican. Analistas como Tomás Roncero creen que Alonso no logra motivar a sus jugadores y advierten que otro fracaso podría aumentar dramáticamente la presión. El partido pendiente en Atenas frente a Olympiacos es crucial, especialmente con Barcelona pisándole los talones al Madrid.
Además de la presión mediática, el futuro de Alonso podría depender de su relación con Vinícius. Un reciente incidente donde el brasileño mostró descontento al ser sustituido ha exacerbado la situación. Informes sugieren que renovar el contrato de Vinícius es clave, pero esto podría complicar la posición de Alonso si el rendimiento del equipo no mejora.
Para asegurar su puesto, Alonso debe volver a ganar. La reputación de Alonso como un entrenador flexible y estratégico está puesta a prueba, y necesita demostrar que puede superar las tensiones internas en el club. Ganar contra los campeones griegos podría ser el inicio de un cambio positivo.
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