ST. MORITZ, Suiza — Lindsey Vonn, la reina del esquí de descenso, ha regresado con fuerza. A los 41 años, logró una sorprendente victoria en la Copa del Mundo de descenso, la primera desde 2018, tras un retiro de cinco años y con implantes de titanio en la rodilla derecha. Vonn lideró la carrera con una ventaja de 1.16 segundos sobre Mirjam Puchner de Austria, a pesar de haber estado detrás en los primeros controles de tiempo. Más tarde, su ventaja se redujo a 0.98 segundos cuando Magdalena Egger quedó en segundo lugar.
La victoria representa un comienzo perfecto para la temporada olímpica de Vonn, trabajando eficazmente con su nuevo entrenador, Aksel Lund Svindal. Este triunfo se suma a su histórico récord en carreras de descenso, con un total de 44 victorias en Copa del Mundo, 125 inicios, y 83 victorias en todas las disciplinas de la Copa del Mundo. “Fue un día increíble, no podría estar más feliz, bastante emocional”, manifestó Vonn al canal suizo RTS.
El objetivo de Vonn es conseguir una medalla de oro en los Juegos de Invierno de Milán-Cortina en febrero. Su desempeño en la famosa pista de Cortina d’Ampezzo en los Dolomitas promete mucho, dado su dominio en su carrera. “Obviamente mi meta es Cortina, pero si así empezamos, creo que estoy en un buen lugar”, añadió.
Después de cruzar la meta a una velocidad de 119 kph, Vonn mostró su alegría golpeando el aire con el puño y sonriendo ampliamente. Su última victoria similar fue en marzo de 2018 en Are, Suecia, semanas después de haber ganado el bronce en los Juegos Olímpicos de Invierno en Pyeongchang. Además, Vonn ganó oro en los Juegos Olímpicos de Vancouver 2010 y en los campeonatos mundiales de 2009 en Val d’Isere, Francia.
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