El entrenador de USC, Lincoln Riley, expresó su descontento con Notre Dame por no seguir con su compromiso de jugar contra los Trojans “en cualquier momento y lugar”. USC había propuesto continuar la histórica rivalidad en 2026 y 2027, pero Notre Dame rechazó rápidamente la idea. Riley, hablando antes del Valero Alamo Bowl, comentó que ambos equipos habían trabajado durante meses para encontrar una solución, pero fue Notre Dame quien decidió poner fin a la serie que comenzó en 1926 y se ha jugado 96 veces.
Riley afirmó que la directora atlética de USC, Jen Cohen, presentó una propuesta que Notre Dame rechazó casi de inmediato. Minutos después, se anunció que Notre Dame había programado jugar contra BYU, lo que Riley describió como “el acto de programación más rápido en la historia del fútbol universitario”. Tradicionalmente, el juego USC-Notre Dame se ha disputado a mediados o finales de octubre o al final de la temporada en USC.
El 22 de diciembre, Notre Dame añadió una serie de partidos contra BYU, subcampeón de la Big 12, para llenar su calendario de 2026 y 2027. Ambas escuelas emitieron una declaración conjunta diciendo que trabajarán para reanudar la rivalidad, aunque el regreso probablemente no suceda antes de 2030. Riley lamentó que si Notre Dame hubiera mantenido su palabra, la serie podría haberse continuado.
A pesar de perder en sus últimos tres encuentros contra Notre Dame, Riley manifestó su respeto por la rivalidad. Destacó que, como miembro independiente de FBS, Notre Dame tiene más flexibilidad en su calendario, a diferencia de USC, que pertenece a la Big Ten. Cohen añadió que USC debe enfocar sus calendarios pensando en el College Football Playoff, y que hacerlo más difícil no está alineado con sus metas de campeonato. Riley espera que en el futuro se llegue a un acuerdo para reanudar la serie.
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