En Oxnard, California, Dak Prescott ha llegado con una energía renovada para el campamento de entrenamiento de los Cowboys tras una temporada complicada en 2024. Después de recuperarse de una lesión en el tendón de la corva y con una nueva mentalidad, enfrenta retos con un nuevo entrenador en jefe, un sistema ofensivo fresco y nuevos compañeros, dispuesto a superar el récord de 7-10 de la temporada pasada.
La llegada de Brian Schottenheimer como entrenador en jefe infunde un aire competitivo al equipo, destacándose la incorporación de George Pickens. Este talentoso receptor se une a CeeDee Lamb para potenciar la ofensiva de Dallas. La química entre Pickens, Lamb y Prescott ya es evidente. “Esta ofensiva puede ser grandiosa. Si seguimos trabajando con buena vibra… no puede salir mal”, comentó Pickens.
Prescott no solo está en buena forma física, sino que también ha recuperado su alegría por el juego, afirmando que “nada mejor que este juego”. Su enfoque es estar mejor, no solo sano, trabajando para fortalecer su cuerpo y evitar recaídas. “No se trata solo del tendón. Tengo que seguir empujando. No hay días de descanso”, declaró.
El ambiente competitivo es intenso, con prácticas rigurosas y roces entre jugadores, lo que Prescott ve como parte del proceso. También habló de Micah Parsons, quien busca una extensión de contrato. “Se merece que le paguen”, dijo Prescott. En su décima temporada, su objetivo es claro: “Divertirme y ganar un Super Bowl… lo quiero para la organización y los fans”. Se siente cómodo en el sistema ofensivo de Schottenheimer y listo para ver hasta dónde puede llegar.
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