Javier Aguirre ha logrado posicionar a la Selección Mexicana como líder en la Concacaf, superando a equipos como Canadá, Panamá y Estados Unidos en la Nations League y Copa Oro. Sin embargo, ante rivales asiáticos, el equipo mostró debilidades. Enfrentamientos contra Japón y Corea del Sur evidenciaron dificultades que se salvaron in extremis con un gol de Santiago Giménez en el último momento.
Anteriormente, durante amistosos, México sufrió una goleada contra Suiza (4-2) y apenas ganó a Turquía (1-0). A menos de un año del Mundial 2026, México parece estancado, capaz de ganar en su región, pero superado en desafíos internacionales. Pruebas venideras en la FIFA ante selecciones de la Conmebol podrían agravar esta percepción.
El Principio de Peter resuena mientras la Selección no encuentra formas de evolución. Aunque Javier Aguirre y su cuerpo técnico buscan alternativas, los recientes enfrentamientos revelan los límites del equipo. Hay un reconocimiento de que para progresar, se necesita más que simples destellos de talento.
Ex-entrenadores y analistas opinan, pero no aportan soluciones claras. La situación recuerda la reflexión de Mark Twain sobre la competencia y la seriedad de quienes nos lideran. Tanto el equipo como Aguirre podrían estar en su límite de eficacia, y el camino hacia adelante requiere más que mantener el status quo y reformular estrategias.
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