La NFL comenzó su temporada con el tradicional Juego del Salón de la Fama en Canton, Ohio, con un momento de silencio por las cuatro personas asesinadas en un tiroteo en Nueva York. El atacante también hirió a un empleado de la liga. Roger Goodell, comisionado de la NFL, visitó al empleado y afirmó que está mejorando, destacando lo devastador del suceso para la comunidad.
Goodell permaneció en Nueva York para asistir al funeral del oficial de policía Didarul Islam, una de las víctimas del tiroteo. Expresó el orgullo que siente por el trabajo de los primeros en responder a emergencias en la ciudad y describió el servicio fúnebre como una tarde difícil pero reconfortante.
La seguridad se incrementó en el Estadio Tom Benson, donde se llevará a cabo la inducción al Salón de la Fama. Eric Allen, uno de los inductees, reflexionó sobre la inseguridad actual, subrayando la necesidad de mejorar la seguridad laboral.
Shane Tamura, de Las Vegas, fue identificado como el tirador. Se cree que tenía problemas mentales y dejó una nota manifestando rencor hacia la NFL por un supuesto caso de encefalopatía traumática crónica. Goodell lamentó estos actos de violencia sin sentido, instando a la vigilancia y protección en la comunidad.
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