En agosto, Larry Pickett Jr., un jugador de fútbol americano de Army, vivió un momento aterrador cuando él y su familia encontraron un accidente con cables caídos, un auto en llamas y un hombre inconsciente al borde de la muerte cerca de West Point, Nueva York. Pickett, inspirado por su deseo de servir en el ejército desde pequeño, decidió actuar cuando otros no lo hicieron. Al ver el peligro, su madre le urgió: “Larry, tienes que sacar a ese hombre del auto”.
Larry corrió hacia el vehículo, consciente de que los cables estaban electrificados y el auto a punto de estallar en llamas. Sin embargo, logró sacar al conductor, David Denton, antes de que las llamas consumieran el coche. Un experto en electricidad señaló que el escenario era tan peligroso que incluso la policía podría haber dudado en intervenir. Sin embargo, los Picketts, guiados por la voz de la madre, tomaron la valiente decisión de actuar a pesar de los riesgos.
La valentía de Pickett no pasó desapercibida. Varios medios de comunicación estadounidenses dieron a conocer la historia, y Larry fue reconocido con un premio al heroísmo por parte de Fox Nation. Durante el evento, David Denton agradeció a Pickett, llamándolo un ángel enviado por Dios. Pickett, sin embargo, restó importancia a ser considerado un héroe, atribuyendo su acción a un esfuerzo conjunto con su padre y destacando los valores que su familia le inculcó.
Esta experiencia no solo destacó la valentía de Larry, sino también la filosofía educativa de su familia, que dirige una escuela preescolar en Raleigh. Ellos creen en la importancia de inculcar valores fuertes en los niños, algo que Larry demostró esa noche. Su historia recuerda la necesidad de prepararnos para ayudar a otros y de apreciar el potencial que tienen las nuevas generaciones cuando se les educa con cuidado y amor.
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