A principios de temporada, la llegada de Lewis Hamilton a Ferrari fue un evento espectacular. En el lanzamiento del F1 75, Hamilton, Charles Leclerc y el jefe del equipo Frédéric Vasseur presentaron el nuevo auto con gran entusiasmo. Hamilton estaba lleno de energía por su cambio desde Mercedes, esperado durante un año. Prometía un nuevo comienzo para Ferrari y una oportunidad de romper su sequía de títulos desde 2008. Tanto él como Leclerc estaban confiados tras probar el nuevo coche en Fiorano, y todo parecía perfecto.
Sin embargo, la emoción inicial se ha desvanecido rápidamente. Ferrari ha tenido un rendimiento decepcionante este año, con solo una victoria de Hamilton en una carrera sprint en China y algunos podios de Leclerc. Mientras tanto, McLaren ha dominado, dejando a Ferrari detrás con Mercedes y Red Bull. Lo más preocupante es que Hamilton parece haber perdido su motivación, considerando incluso que podrían necesitar un cambio de pilotos tras una mala clasificación en Budapest.
El pasado fin de semana en el Gran Premio de Hungría, Hamilton mostró frustración al quedar eliminado en Q1, mientras que Leclerc logró la pole. Después de finalizar 12º, Hamilton mencionó problemas internos en el equipo y sugirió que quizás debería dejar Ferrari. Por su parte, Leclerc también enfrentó dificultades en la carrera, lo que siguió un patrón frustrante para el equipo. A pesar de sus críticas en la radio, retractó sus comentarios tras la carrera, señalando problemas con el chasis.
Lewis Hamilton, conocido por ser emocionalmente expresivo, ha mostrado signos de derrota este año. Sus comentarios en Hungría han preocupado a muchos, y aunque ha intentado señalar áreas de mejora para Ferrari, su rendimiento no ha estado a la altura de las expectativas. A pesar de todo, Vasseur minimiza la situación y asegura que los esfuerzos están alineados. La gran pregunta es si Hamilton todavía tiene la convicción de ser un campeón con Ferrari.
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