La Comisión de Deportes Universitarios ha flexibilizado su prohibición sobre pagos por uso de nombre, imagen y semejanza (NIL) a atletas, según un memorando enviado a los directores atléticos. Aunque las colectivas seguirán bajo un escrutinio más intenso, este cambio pone fin a un conflicto sin tener que recurrir a los tribunales. La pregunta clave sigue siendo si los equipos con más recursos podrán manipular el sistema diseñado para mantener el equilibrio competitivo.
Las nuevas reglas establecen que los atletas y colectivas deben demostrar que cada acuerdo requiere que el atleta promueva un producto o servicio con fines de lucro. Esto busca evitar que el dinero de patrocinadores fluya directamente a los atletas sin un propósito legítimo. Los atletas podrán recibir dinero tanto de pagos directos de sus escuelas como de contratos de patrocinio con terceros, con un límite fijado en $20.5 millones por escuela.
Durante los últimos años, las colectivas surgieron para gestionar pagos NIL, actuando algunas como agencias de marketing o conectando atletas con empresas locales. Para impedir que los equipos usen colectivas para eludir el nuevo límite de gasto, todos los negocios con “entidades asociadas” deben cumplir con un propósito comercial válido y una compensación razonable.
El CSC, con la plataforma NIL Go, revisará estos acuerdos para asegurar el cumplimiento de las nuevas directrices. Aunque las reglas ajustadas podrían abrir algunas oportunidades para eludir restricciones, los líderes deportivos esperan que las limitaciones existentes prevengan que las escuelas con más dinero tengan una ventaja insuperable.
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