PARÍS — Alrededor de una hora y media después de que Katie Ledecky ganara la novena medalla de oro de su carrera, convirtiéndose en la mujer estadounidense más laureada en la historia de los Juegos Olímpicos y empatando como la mujer con más medallas de oro de cualquier país, se sentó sola en la conferencia de prensa para los medallistas de la prueba de 800 metros estilo libre. Sus compañeras de podio, Ariarne Titmus y Paige Madden, aún no estaban listas, pero Ledecky parecía no darse cuenta mientras todos los ojos en la sala estaban firmemente enfocados en ella.
Ledecky sonrió tímidamente, mirando hacia abajo y jugando con su botella de agua. A pesar de que la mayoría de los periodistas estaban allí para escuchar sus palabras sobre su histórica noche, Ledecky parecía ansiosa por compartir el protagonismo. Durante toda la semana, le habían preguntado sobre su legado y lo que significaban sus logros y récords crecientes. El sábado, con su nombre inscrito aún más en los libros de historia, su respuesta fue la misma de siempre: “Realmente no pienso mucho en estas cosas. Tomo una carrera a la vez”. Aunque esta vez agregó: “Es bastante impresionante”.
Más temprano el sábado en La Defense Arena, la atleta de 27 años dominó su evento estrella, los 800 metros estilo libre, para asegurar su cuarto oro olímpico consecutivo en esa prueba, algo que solo seis atletas han logrado en la misma disciplina. Tras tocar la pared en 8:11.04, compartió abrazos con Madden y Titmus, agradeciendo a su rival australiana por “hacerme mejor” y empujarla todos los días. La multitud, de pie sin importar la bandera que ondeaban, rugió en reconocimiento a su logro.
Finalmente, Ledecky admitió que su sentimiento inmediato después de la carrera no fue de gloria sino de alivio. Reconoció la presión debido a su historia en la prueba y enfatizó que a pesar de su confianza, sabía que sería una carrera difícil. A lo largo de la semana, había ganado otras tres medallas: oro en 1,500 metros libre, plata en la posta 4×200 metros libre y bronce en 400 metros libre (donde Titmus ganó el oro). Ahora, Ledecky miraba hacia una breve pausa antes de retomar su entrenamiento con miras a los Juegos de Los Ángeles 2028, mostrando clara su intención de seguir compitiendo. “Me gustaría seguir adelante… sería increíble competir en casa,” dijo. Al reflexionar sobre su legado, enfatizó que lo que más recordará no serán las medallas, sino las relaciones y las emociones de las competencias.
Source link