Las eliminatorias para el Mundial 2026 concluyeron de manera decepcionante para la selección de Perú. La derrota ante Paraguay en casa, la primera en la historia contra este rival en Lima, dejó a Perú a ocho puntos de la zona de repechaje. El veterano jugador Carlos Zambrano resumió el sentir del equipo al afirmar: “Felizmente acabó la pesadilla”. A diferencia de procesos anteriores donde el equipo logró llegar al Mundial y al repechaje, esta vez, con entrenadores como Juan Reynoso, Jorge Fossati y Óscar Ibáñez, los resultados no acompañaron.
Uno de los retos principales para Perú es el recambio generacional. Con varias figuras clave envejeciendo, la necesidad de apostar por nuevos talentos es urgente. Óscar Ibáñez ha comenzado a hacerlo, incorporando jóvenes en los últimos partidos. Sin embargo, la delantera sigue siendo preocupante, ya que solo se anotaron seis goles en dieciocho partidos. Paolo Guerrero, a sus 41 años, sigue siendo una figura clave junto a Andy Polo y Edison Flores, ambos superando los 30 años.
En busca de nuevos talentos, Luis Ramos, de 25 años, es un jugador a observar, aunque aún no ha brillado con la selección. En paralelo, Víctor Guzmán, quien juega en el Sporting de Lisboa, es otra opción esperanzadora. También hay jóvenes promesas como Nicolás Rengifo y Alberto Velásquez, aunque aún son muy jóvenes para tener un impacto significativo. En las bandas, jugadores como Joao Grimaldo y Kenji Cabrera buscan consolidarse a nivel internacional.
El medio campo también promete con figuras emergentes como Erick Noriega y Piero Cari, quienes están en el radar para convertirse en pilares del equipo. Asimismo, jugadores de ascendencia peruana como Felipe Chávez y Matteo Pérez Vinlöf podrían unirse en el futuro. Observando hacia el Mundial 2030, los próximos amistosos de Perú en 2025 servirán para evaluar si estos jóvenes están listos para asumir responsabilidades mayores en la selección.
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