El equipo de gimnasia masculina de los Estados Unidos ganó su primera medalla olímpica desde 2008, obteniendo el bronce en París 2024. Hace tres años, en los Juegos Olímpicos de Tokio, terminaron en el quinto lugar, comenzando la competición con una desventaja de seis puntos. Esta vez, el equipo estadounidense logró cerrar la brecha y subió al podio, demostrando que se está acercando a los mejores equipos del mundo.
Japón se llevó el oro con una ventaja de 0.532 puntos sobre China, obteniendo su octava medalla de oro en equipo y la primera desde los Juegos de Río 2016. China quedó en segundo lugar con 259.062 puntos, mientras que los Estados Unidos finalizaron con 257.793 puntos. Brett McClure, director de alto rendimiento y miembro del equipo que ganó la plata en 2004, expresó su emoción diciendo: “No puedo ni describirlo. Cada rutina fue mejorando progresivamente. Todos hicieron su trabajo y lo merecieron absolutamente esta noche.”
Brody Malone, el único olímpico repetidor del equipo y su líder, atribuyó el éxito a la capacidad del equipo para olvidar los errores de las rondas clasificatorias del sábado y tratar la final como si fuera un campeonato universitario. Según Malone, el enfoque en la camaradería y el espíritu de equipo fue clave: “Todos venimos de fondos universitarios y sabemos lo que es competir por un equipo, por una hermandad. Ese fue nuestro enfoque hoy y funcionó.”
El equipo estadounidense impresionó desde la primera rotación en anillos hasta la actuación decisiva de Stephen Nedoroscik en el caballo con arcos. Fueron el único país en la competición que no contó ninguna caída. Japón ganó a pesar de una caída del campeón olímpico Daiki Hashimoto, y China sumó errores en salto y barra fija. Al respecto, McClure comentó: “Estamos avanzando en la dirección correcta. Si queremos aspirar al primer lugar en Los Ángeles 2028, esto será una gran motivación.”
La energía y el apoyo de la multitud pro-USA en cada rotación, especialmente en salto, potenciaron al equipo, como mencionó Paul Juda: “El primer ‘USA! USA!’ me dio escalofríos. Es el mejor sentimiento del mundo.” Frederick Richard y Asher Hong también tuvieron actuaciones memorables que entusiasmaron al público y al equipo. Según Malone, mantener su enfoque en ellos mismos y no en los demás equipos fue crucial: “Nos aseguramos de no ver la gimnasia de otros equipos ni preocuparnos por las puntuaciones. Eso te ayuda a mantenerte en el momento. Tuvimos una reunión después de cada evento para re-enfocarnos y seguir adelante.” Esta filosofía será esencial mientras se preparan para el próximo ciclo olímpico.
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