LSU ha decidido despedir a Brian Kelly sin causa justificada, lo que implica que la universidad le debe $54 millones restantes de su contrato, según informaron fuentes a ESPN. Esta decisión se formalizó con una carta enviada el miércoles, aunque inicialmente, en octubre, LSU había mencionado que la destitución se debía a su desempeño.
En las semanas siguientes, surgió cierta confusión sobre la naturaleza del despido. Comentarios del gobernador de Luisiana, Jeff Landry, generaron más tensión en torno al dinero garantizado en el contrato de Kelly. Finalmente, el presidente de LSU, Wade Rousse, aclaró que, según el contrato, Kelly debe buscar empleo de buena fe mientras se le paguen los daños liquidados.
Tras las críticas de Landry hacia el entonces director atlético Scott Woodward, los abogados de Kelly presentaron una demanda para declarar oficialmente su despido. Argumentaron que LSU no había seguido los procedimientos adecuados para un despido con causa, subrayando que no se habían establecido razones formales para su destitución.
Este desenlace coincide con un momento crucial en la búsqueda de LSU por el entrenador de Ole Miss, Lane Kiffin, quien podría tomar su decisión pronto. A pesar de las críticas previas sobre las grandes sumas garantizadas, LSU parece dispuesto a ofrecer un nuevo y lucrativo contrato a Kiffin tras la salida de Kelly. Kelly ha expresado su deseo de volver a entrenar el próximo año.
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