En una era en la que el empoderamiento de los jugadores es fundamental en la NFL, los Dallas Cowboys parecen estar haciendo lo opuesto. Mientras otros equipos aseguran y miman a sus estrellas, los Cowboys han frustrado a algunos de sus mejores jugadores en negociaciones contractuales. Jerry Jones, dueño del equipo, se ha mostrado reticente a cerrar acuerdos rápidos y justos, particularmente con Dak Prescott, Micah Parsons y CeeDee Lamb, lo que ha generado tensiones innecesarias.
Con Dak Prescott, los Cowboys esperaron demasiado para pagarle, permitiéndole firmar contratos extremadamente favorables que otros quarterbacks no han podido igualar. Si los Cowboys hubieran sido más proactivos, habrían ahorrado casi $50 millones, pero en lugar de eso, han optado por un enfoque que finalmente les salió caro.
La situación de CeeDee Lamb es similar. Aunque era evidente su valor para el equipo, Dallas tardó en cerrar su extensión, lo que hizo que fuera más caro después de que otros receptores estrella renovaran sus contratos. En cuanto a Micah Parsons, a pesar de su talento, los Cowboys han demorado las negociaciones, lo que podría llevar a un contrato aún más costoso para mantenerlo.
Estos retrasos en las negociaciones no solo han tenido un impacto financiero, sino que también han creado un ambiente de descontento y mala comunicación. En un contexto en el cual otros equipos avanzan de manera más estratégica, los Cowboys continúan perdiendo dinero y buena voluntad sin obtener ningún beneficio real.
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