Enfrentarse a la realidad puede ser difícil. Hace tres semanas, en medio de la pretemporada con el Bayer Leverkusen, Erik ten Hag fue consultado sobre la posible salida del mediocampista Granit Xhaka, relacionado con un regreso a la Premier League. “Es claro: Granit es un jugador clave. Firmó por cinco años y aún tiene tres años de contrato”, afirmó Ten Hag. Sin embargo, Leverkusen ya había perdido varias piezas clave: Xabi Alonso a Real Madrid, Florian Wirtz y Jeremie Frimpong a Liverpool, Jonathan Tah a Bayern Múnich, y Lukas Hradecky a Mónaco. La marcha inesperada de Xhaka al Sunderland afectó los planes de Ten Hag.
Desde el punto de vista del rendimiento, podrían reemplazar a Xhaka con Exequiel Palacios, pero su liderazgo es difícil de sustituir. Sin figuras como Xhaka, Tah, Wirtz y Hradecky, al equipo le falta madurez y compostura. La temporada 2023-24 fue histórica, con Wirtz y Xhaka impulsando al equipo a ganar la Bundesliga y la DFB-Pokal. Sin embargo, un empleado del club comentó emocionalmente sobre las partidas diciendo que este año no ganarán nada.
El éxodo de jugadores se debe en parte a la salida de Alonso. Leverkusen contrató a Ten Hag con la esperanza de que su reputación ayude a atraer nuevos talentos. Simon Rolfes, director deportivo, explicó que la filosofía de juego ofensivo y técnico de Ten Hag se alinea con la del club. Determinado a reconstruir su imagen tras una etapa difícil en Manchester United, Ten Hag busca liderar un nuevo comienzo en Leverkusen.
Con varias salidas y refuerzos lesionados, el equipo está en proceso de reconstrucción. Rolfes ha trabajado en fichajes jóvenes como Ibrahim Maza y Malik Tillman. Aunque hasta ahora no se ha reemplazado a Frimpong, el club ha mostrado interés en otros talentos, como Maghnes Akliouche. La extensión del contrato de Patrik Schick hasta 2030 es una señal de esperanza. Ten Hag, confiado a pesar de los desafíos, declaró: “Tenemos un nuevo reto. El equipo, el entrenador, y la directiva desarrollaremos una nueva era aquí”.
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