El luchador profesional Chris Bey recuerda un momento crucial tras quedar temporalmente paralizado debido a una grave lesión en la médula espinal en Detroit. Durante un traslado al hospital, los paramédicos protegieron sus botas de lucha, un gesto que le dio esperanza. Bey realizaba un movimiento rutinario con su compañero Ace Austin cuando todo salió mal en una grabación de “TNA Impact!”. Tras caer al suelo, perdió la movilidad de la cintura para abajo y fue sometido a una cirugía de fusión espinal. Aunque los médicos le dieron solo un 15% de probabilidad de volver a caminar, Bey se aferró a la vida con determinación.
Desde los 8 años, Bey soñaba con ser luchador profesional. Sin embargo, la lesión le hizo reevaluar sus prioridades, centrándose en estar vivo y funcional. Su novia, Brittnie Brooks, y su madre fueron apoyos clave durante su recuperación, aunque enfrentaron momentos de gran angustia. Tras dos meses de rehabilitación intensiva, Bey comenzó a desafiar las expectativas, mostrando una resiliencia extraordinaria al caminar y usar sus manos a pesar del pronóstico inicial.
En abril de 2025, Bey asistió a su primer WrestleMania, un evento que siempre había evitado para no asistir como espectador sino como luchador. Este acontecimiento marcó un hito en su recuperación, dándole el impulso para seguir adelante. Continúa realizando apariciones públicas y participando en eventos relacionados con la lucha, manteniendo viva su conexión con el deporte y sus seguidores.
Aunque aún enfrenta desafíos con la movilidad y el uso de sus manos, Bey no descarta un posible regreso al ring. Inspirado por otros luchadores que han vuelto después de lesiones graves, considera todas las oportunidades dentro de la industria, desde productor hasta escritor. Su historia no ha terminado, y, como él mismo dice, está trabajando en “la mejor historia jamás contada”.
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