En la temporada de fútbol americano universitario de 2025, el impacto de Travis Hunter sigue vivo. Utah ha buscado renovar su ofensiva atrayendo al mariscal de campo Devon Dampier y al coordinador Jason Beck desde Nuevo México. Sin embargo, también ha aprovechado su propio plantel, destacando a Smith Snowden y Lander Barton. El entrenador de Utah, Kyle Whittingham, ha señalado que, inspirado por el éxito de Hunter al ganar el Trofeo Heisman en 2024, los entrenadores están reconsiderando cómo usar a los jugadores que pueden rendir tanto en la ofensiva como en la defensiva.
Hunter, quien jugó en las dos posiciones en la Universidad de Colorado, inspiró a otros equipos a seguir su ejemplo. Utah, en su primera victoria de la temporada, destacó a Snowden liderando en recepciones y a Barton anotando en un pase de Dampier. El efecto de Hunter también se ve en jugadores como Koi Perich de Minnesota y Martel Hight de Vanderbilt, quienes están asumiendo roles más amplios al jugar en ambas direcciones.
Hight, de Vanderbilt, comenzó su carrera universitaria como defensor, pero ahora también se está destacando como receptor. Su talento llamó la atención del asesor Jerry Kill, quien le dijo que sería un receptor titular. Este enfoque de utilizar jugadores en ambas posiciones se ha vuelto más común gracias a la influencia de Hunter, quien ya ha dejado claro que pocos pueden manejar una carga de juego tan intensa como él.
Aunque no todos los jugadores pueden emular la intensidad de Hunter, su impacto se siente en todo el fútbol universitario. Entrenadores como P.J. Fleck de Minnesota ven este enfoque como una forma estratégica de maximizar el talento. Sin embargo, advierten que encontrar el equilibrio adecuado es clave para no afectar negativamente el rendimiento del equipo. Este fenómeno sigue evolucionando mientras los equipos buscan cómo implementar jugadores como Hunter para optimizar sus plantillas.
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