EAST RUTHERFORD, N.J. — En 2004, en el último juego del debut de Eli Manning con los Giants, sufrió una fuerte caída al intentar moverse por el bolsillo en un partido perdido contra los Eagles. Fue un golpe de bienvenida a la NFL, algo que Manning recuerda claramente como su lección inicial en la liga.
Jaxson Dart, novato de los Giants, ha tenido un comienzo difícil similar. En su séptimo partido, sufrió una conmoción cerebral tras varias advertencias debido a su estilo arriesgado de juego. Su entrenador, Brian Daboll, decidió hacerlo descansar después de sufrir cuatro evaluaciones de conmoción en ocho juegos. El mensaje es claro: Dart debe aprender a jugar de manera más segura.
Los compañeros de equipo y el cuerpo técnico han instado a Dart a evitar riesgos innecesarios. Jameis Winston, quien ha sido titular en su ausencia, le ha aconsejado priorizar su salud. “¡Deslízate!”, le gritan en las prácticas. El estilo competitivo de Dart, que heredó de sus años como jugador en Ole Miss, debe adaptarse a las exigencias de la NFL para evitar más lesiones.
El talento de Dart es indiscutible; ha logrado 17 touchdowns en siete partidos. Sin embargo, para asegurar su futuro y el de los Giants, el equipo está creando estrategias para reducir su exposición a golpes peligrosos. Aunque está volviendo al campo, la prioridad es modificar su estilo sin eliminar su capacidad para hacer jugadas impresionantes. La clave está en encontrar un equilibrio entre su competitividad innata y el juego inteligente.
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