El lunes por la noche, durante un partido entre los Golden State Warriors y Orlando Magic, se produjo una acalorada discusión entre el entrenador Steve Kerr y el jugador Draymond Green. El altercado surgió después de que Green cometiera una pérdida y discutiera con un árbitro. Kerr pidió tiempo muerto al sentir que su equipo estaba distraído. Como resultado, Green abandonó el banquillo, saliendo durante los últimos 20 minutos de un partido que los Warriors ganaron 120-97.
Moses Moody, un compañero, y el asistente Jerry Stackhouse intentaron calmar a Green, pero él decidió ir al vestuario tras intercambiar más palabras con Kerr. Sobre el incidente, Kerr comentó: “Decidió irse para calmarse. Eso es todo”. Green explicó: “Pensé que lo mejor era salir de allí, no creía que la situación mejorara”. Green pasó el resto del tercer cuarto en el vestuario, mientras algunos de sus compañeros veteranos y miembros de la directiva lo acompañaban.
Green volvió al banquillo antes del último cuarto, pero no jugó más. Kerr confirmó que no lo hubiera reincorporado al juego: “No, no iba a volver a entrar. Avanzamos y los chicos jugaron genial”. Este fue el segundo juego consecutivo en que Green abandona prematuramente; previamente fue expulsado en un partido contra los Phoenix Suns.
A pesar de la controversia, los Warriors lograron sobreponerse gracias a una racha perfecta de Stephen Curry en el tercer cuarto, quien terminó con 26 puntos. Tras el partido, Curry comentó sobre el ambiente positivo en el vestuario a pesar de los eventos, resaltando la larga asociación entre Kerr y Green que a veces lleva a conflictos, pero siempre encuentran la manera de seguir adelante juntos.
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