Despedida al Tenista que se Autodestruyó Persiguiendo el Número 1 | Relevo

Los periodistas frecuentemente rebuscamos en las estadísticas para tratar de explicar la relevancia de ciertos deportistas. En el tenis, hay una abundancia de datos y siempre se puede encontrar alguno que respalde un argumento. Sin embargo, muchas veces recurrimos a comparaciones con otros para destacar la importancia de los mejores. Andy Murray, quien anunció su retiro este jueves, no es ajeno a estas comparaciones. El británico ha jugado toda su carrera bajo la sombra del famoso Big Three: Novak Djokovic, Rafael Nadal y Roger Federer. Además, ha tenido que lidiar con la presión de ser británico en un deporte donde los jugadores de las islas han dado pocas alegrías recientes.

Murray rompió una sequía de 76 años sin títulos de Grand Slam para el tenis británico y, con su cabello pelirrojo, lloró desconsolado al perder la final de Wimbledon en 2012. Sin embargo, luego se desquitó al ganar dos títulos en Wimbledon, revolucionando la historia del tenis británico. Criado en Dunblane, Escocia, y formado en la Academia Sánchez-Casal de Barcelona, Murray empezó a destacar en 2008 con la final del US Open y los títulos de Madrid y Cincinnati, a pesar de su singular estilo de juego y su notable esfuerzo físico.

En 2016, alcanzó su cima deportiva. Durante un periodo dominado por Federer y Nadal, Murray tuvo que esperar su oportunidad y trabajar pacientemente. Logró su primer título de Wimbledon en 2012 y en 2016 vivió su mejor temporada: ganó el oro olímpico en Río y varios títulos importantes como Wimbledon, las ATP Finals y Masters 1000. Este enorme esfuerzo le permitió alcanzar el número uno del ranking ATP, superando incluso a Djokovic. Sin embargo, esta dedicación tuvo un alto costo, llevándolo a enfrentarse a problemas físicos y dificultades para mantener la motivación.

El calvario de las lesiones marcó la carrera de Murray a partir de 2017, con una lesión de cadera que requería cirugía en 2018. Aunque regresó seis meses después, los dolores persistieron y en 2019 anunció su retiro en lágrimas. Tras una segunda operación, volvió a sorprender al ganar el título de dobles en Queen’s 2019. Pese a sus intentos por volver al nivel competitivo, su cuerpo no respondió como antes y recientemente anunció que los Juegos Olímpicos serán su última competición. En Roland Garros se retiró del singles para centrarse en el dobles, despidiéndose del tenis con una actuación que refleja su espíritu luchador y el respeto que se ha ganado en el deporte.

Source link