En Las Vegas, durante los días de medios del Big Ten, Nico Iamaleava, con 1.93 metros de altura, se destaca con su traje azul claro y gafas de montura negra. Complementos como su reloj de diamantes y una pulsera rosa en honor a su madre, sobreviviente de cáncer de mama, resaltan mientras discute su traslado de Tennessee a UCLA. A pesar del impacto mediático de su salida de Tennessee, Iamaleava destaca la importancia de estar cerca de su familia en Los Ángeles y cómo se malinterpretaron los motivos económicos detrás de su cambio.
El cambio se produjo cuando su equipo buscó un contrato NIL de $4 millones, lo que Tennessee rechazó, llevando al entrenador Josh Heupel a anunciar su salida. Nico ingresó en el portal de transferencias y eligió UCLA, declarando que siempre había querido regresar a casa. A pesar de las críticas, UCLA ve su llegada como una oportunidad valiosa, al igual que su hermano Madden, quien también se unió a UCLA.
En Lynwood, las reuniones familiares de los Iamaleava destacan la importancia cultural y emocional para Nico. La conexión con su madre Marleinna, especialmente tras su lucha contra el cáncer, reforzó su decisión de regresar a casa. Nicolás Aguilar, su exentrenador, refleja que la familia es central para Nico y su retorno no se basa únicamente en factores exteriores.
En Costa Mesa, mientras UCLA inicia su campamento de otoño, Iamaleava es el centro de atención. La transición a nuevo sistema con el coordinador ofensivo Tino Sunseri, su conexión con el equipo y los nuevos compañeros marcan el inicio de una nueva fase. Deshaun Foster, entrenador de UCLA, enfatiza que la llegada de Iamaleava aporta visibilidad al programa, con la esperanza de que sus habilidades y liderazgo se traduzcan en victorias para los Bruins.
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