Damian Lillard regresó a Portland Trail Blazers con la firma de un contrato de tres años, convirtiendo su campamento de baloncesto en Beaverton, Oregon, en una cálida bienvenida. Tras dos años con los Milwaukee Bucks, Lillard expresó que no esperaba retornar tan pronto, confesando su deseo de siempre acabar su carrera con los Blazers, sobre todo por sus hijos. El retorno no solo significa volver a jugar, sino también estar en el lugar que siempre consideró su hogar.
A pesar de su regreso, Lillard enfrentará desafíos significativos: una rotura del tendón de Aquiles y una trombosis venosa profunda lo dejarán fuera la próxima temporada. Sin embargo, sigue creyendo que puede contribuir al desarrollo de jóvenes talentos en Portland y mantener vivo su deseo de ganar un campeonato, a pesar de las dificultades recientes.
En su paso por Milwaukee, Lillard formó una dupla poderosa con Giannis Antetokounmpo, pero dificultades de ajuste y lesiones lo llevaron a ser liberado por los Bucks. Ahora, enfocado en la recuperación, Lillard se prepara para un potencial retorno a la forma, inspirado por casos como Kevin Durant y Dominique Wilkins, quienes también superaron lesiones similares.
Lillard planea tomarse el tiempo necesario para recuperarse completamente, reconociendo la importancia de adaptarse a un nuevo rol en el equipo. Con el objetivo de desafiar las probabilidades y regresar a su nivel de All-Star, Lillard espera que su experiencia y determinación lo guíen en esta nueva etapa con los Blazers.
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