Naomi Girma, defensora del Chelsea, se mudó de San Diego a Londres en un histórico traspaso de 1.1 millones de dólares y ha enfrentado varios desafíos fuera del fútbol. Uno de los mayores retos fue adaptarse a las rotondas británicas, poco comunes en Estados Unidos. Con la ayuda de Catarina Macario, su compañera de equipo, logró aprender a manejarlas. “Cat me enseñó cómo conducir en las rotondas”, comentó Girma entre risas, sintiéndose ahora más adaptada y asentada en Londres.
La adaptación a la vida en Inglaterra también implicó enfrentar algunos caprichos culturales y gastronómicos. Girma extrañaba particularmente el café helado americano y el picante, recurriendo a su hermano para enviarle su salsa picante favorita desde Estados Unidos. Incluso mantiene una botella en la cantina del Chelsea y otra en casa, reservada solo para ella. Además, Macario le dio consejos prácticos para sobrevivir al clima londinense, como dónde comprar ropa de invierno.
Durante el verano, Girma y Macario aprovecharon un período de descanso poco común, ya que no había torneos internacionales programados. Girma aprovechó para viajar por Estados Unidos y hacer una escapada a Cabo, México, mientras que Macario disfrutó de momentos con su familia y asistió a la boda de una compañera en Europa. Emily Fox, otra jugadora destacada, también disfrutó de tiempo con su familia en Lisboa, donde vivió la emoción de ganar la final de la UEFA Women’s Champions League con el Arsenal.
La pretemporada trajo actividades únicas para el equipo, como una salida al campo holandés para pastorear ovejas, un ejercicio de trabajo en equipo lleno de risas. Girma, Macario y el resto de las jugadoras enfrentaron el desafío con humor, y aunque inusual, esta actividad dejó un recuerdo memorable y fortaleció la cohesión del grupo en el Chelsea, listas para buscar un nuevo título de la WSL.
Source link
