El quarterback de los Dallas Cowboys, Dak Prescott, y el ejecutivo Tad Carper comparten un vínculo que va más allá del fútbol. Su relación se fortaleció hace 15 meses, durante el campamento de entrenamiento en Oxnard, California. Prescott invitó a Carper a participar en un chequeo de cáncer que el exentrenador Mike McCarthy había organizado para los entrenadores asistentes. Carper asistió al chequeo sin pensar en las implicaciones que tendría este gesto en su vida.
La madre de Prescott falleció de cáncer de colon en 2013, lo cual lo motivó a crear la fundación Faith. Fight. Finish., que se enfoca en la investigación del cáncer y la salud mental. Durante un evento de la fundación, McCarthy decidió incorporar un chequeo de cáncer en los exámenes físicos anuales del equipo. Gracias a esta decisión y a la iniciativa de Prescott, Carper descubrió que tenía cáncer de garganta en etapa 2.
Carper recibió un diagnóstico inesperado tras un test de sangre realizado antes del inicio del campamento. Esto lo llevó a someterse a una cirugía y a un tratamiento de radiación. La experiencia lo transformó en un defensor de los chequeos tempranos de cáncer. Cree que el destino intervino al llevarlo a trabajar con los Cowboys y Prescott, algo que él considera un acto divino.
Ahora en remisión, Carper anima a otros a realizarse chequeos preventivos de cáncer. Ha escrito cartas a líderes del Congreso para apoyar la cobertura de estos test por Medicare. Al compartir su historia, ha recibido mensajes de apoyo y ha motivado a muchas personas a hacerse pruebas tempranas, creyendo firmemente en el valor de esta prevención.
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