SAINT-DENIS, Francia — El saltador con pértiga conocido como “Mondo” realmente sabe cómo impresionar. Con el resto de las competencias del atletismo olímpico concluidas y la multitud de 80,000 personas en el Stade de France de pie, Armand Duplantis preparó su vara y tomó un respiro profundo. Segundos después, corrió por la pista y se lanzó al cielo nocturno.
Duplantis, nacido en Louisiana y compitiendo por Suecia, ya había asegurado otra medalla de oro olímpica. Al aterrizar en el colchón después de superar una barra imponente tintada de rosa, también se adjudicó otro récord mundial. Duplantis, de 24 años, sobrepasó los 6.25 metros (20 pies, 6 pulgadas), rompiendo el récord mundial por novena vez, pero esta vez en el escenario más prestigioso de su deporte.
“Es difícil de entender, sinceramente”, dijo Duplantis. “Si no supero este momento en mi carrera, entonces estaré bastante bien con eso. No creo que puedas obtener algo mucho mejor que lo que acaba de suceder”. Entre los presentes, el consenso fue unánime: el joven saltador había alcanzado un nuevo nivel de grandeza, con el rey y la reina de Suecia presenciando el histórico momento.
Después de asegurar su medalla, Duplantis celebró con su novia y su familia, quienes vestían los colores amarillo y azul. Su rival, el estadounidense Sam Kendricks, quien quedó en segundo lugar, comentó: “Mondo es un saltador extraordinario gracias a cuatro factores: un gran entrenador desde hace mucho tiempo, mucho tiempo para perfeccionar su técnica, excelente equipo y comprensión del evento, y la mano de Dios en su espalda”. Con su segunda medalla de oro consecutiva y su noveno récord, Duplantis se posiciona junto, o incluso por encima, de Sergei Bubka como el mejor en esta disciplina.
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