Rúben Amorim destaca la gran cantidad de problemas que enfrenta en el Manchester United, describiendo su tarea como un balance entre el proyecto a largo plazo y las exigencias de éxitos inmediatos del club. “Sabemos que necesitamos tiempo”, comenta Amorim, reconociendo que en el club no lo tiene. Después del empate 1-1 con West Ham, la presión aumenta antes del próximo partido contra los Wolves, quienes aún no han ganado esta temporada. Los aficionados temen que pueda repetirse la derrota en Molineux del año anterior.
La llegada de jugadores jóvenes como Matheus Cunha y Benjamin Šeško refleja una estrategia enfocada en el futuro, pero estos talentos aún están en desarrollo. Amorim, consciente del descontento de los aficionados, no puede pedir paciencia aunque claramente la necesita, pues su historial en la Premier League muestra solo 13 victorias en 41 juegos. A pesar del gasto de 200 millones de libras en la línea delantera, el resto del equipo apenas ha cambiado desde su llegada.
El enfoque del club ha sido contratar jóvenes promesas en lugar de jugadores experimentados como Emiliano Martínez o Ollie Watkins. Aunque estos jugadores veteranos mejorarían al equipo de inmediato, el United ha optado por una política de reclutamiento enfocada al futuro. Amorim admite lo complicado que es competir en una Premier League tan preparada, enfatizando que el Manchester United necesita ganar inmediatamente, aunque el desarrollo de su equipo aún está en proceso.
Mientras se acerca el crucial partido contra los Wolves, Amorim enfrenta una situación donde debe ganar con un equipo en formación. La dirección del club priorizó la mejora de la ofensiva sobre otras áreas, generando desequilibrio en el equipo. Sin embargo, hay planes para reforzar el centro del campo en la próxima temporada, lo cual poco consuela a Amorim ahora que está bajo presión de obtener resultados inmediatos.
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