A.J. Preller, el gerente general de los Padres de San Diego, ha sido el centro de atención tras realizar cinco intercambios que involucraron a 22 jugadores en apenas seis horas. Conocido por su estilo audaz, Preller adquirió ocho jugadores, incluido el cerrador estrella Mason Miller, a expensas de 11 prospectos de un sistema de ligas menores debilitado. Esto reavivó a los Padres, equiparándolos con equipos de alto nivel como los Dodgers, aunque también podría comprometer el futuro del equipo.
Preller se suscribe a la filosofía de centrarse en las ganancias inmediatas en lugar de lo que se sacrifica. La llegada de Miller se suma a una lista de jugadores claves obtenidos en intercambios anteriores, como Justin Upton y Juan Soto. “Entendemos que para obtener buenos jugadores, uno debe dar buenos jugadores”, afirmó Preller. Este intercambio forma parte de una estrategia que ha fortalecido a los Padres, mejorando posiciones clave sin aumentar significativamente la nómina.
La escena del béisbol de Grandes Ligas ha cambiado, con los Padres ahora peleando con rivales como los Dodgers. El equipo, después de un inicio de temporada prometedor, enfrentó dificultades antes de resurgir en julio. El intercambio de De Vries, el mejor prospecto de los Padres, a cambio de Miller, es visto como un riesgo, pero refleja la urgencia de Preller por reforzar el equipo ante la posibilidad de ganar un campeonato.
Con jugadores veteranos como Manny Machado y Yu Darvish entrando en su treintena, la ventana de oportunidad para los Padres sigue abierta. Preller ha demostrado su habilidad para renovar el equipo eficientemente. Aunque algunos critican el costo a largo plazo, Preller tiene claro que su enfoque está en el éxito inmediato. “Creo que hemos mejorado nuestro club”, concluyó Preller, esperando que estos movimientos lleven a los Padres a una temporada exitosa en el tramo final.
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