Lucas Erceg habla en una prisión sobre su camino a la sobriedad
BOONVILLE, Missouri — Lucas Erceg, relevista de los Kansas City Royals, visitó el Centro Correccional de Boonville para compartir su historia de sobriedad y motivar a los internos. En un entorno marcado por alambre de púas, Erceg encontró belleza en un campo de softbol en medio de edificios de ladrillo. Esto recordó a Erceg de su propio viaje hacia una vida significativa a través del béisbol. A pesar de ser relativamente desconocido, su historia resonó con los prisioneros, al igual que los discursos anteriores de Willie Mays Aikens y Darryl Strawberry.
La fecha del evento, 9 de junio, coincidía con el quinto aniversario de su última bebida. Lucas no ha dudado en compartir su viaje, animado por su esposa Emma, quien le aconsejó usar su plataforma para marcar una diferencia. En la Capilla de la Esperanza, cuya numeración coincidió con su número favorito de niñez, Erceg enfrentó sus nervios y compartió su historia con los presentes. Destacó que su camino hacia la sobriedad comenzó el 10 de junio de 2020, cuando decidió dejar de beber para evitar un destino que podría haberlo llevado a Boonville.
Erceg creció en un ambiente complicado en California, rodeado de alcoholismo y abuso. Su pasión natural por el béisbol lo llevó a destacarse como jugador, aunque su vida estuvo plagada de malas decisiones y excesos. Tras ser elegido por los Milwaukee Brewers en 2016, Erceg luchó en su carrera hasta que la pandemia de COVID-19 lo llevó a un punto de quiebre. Con el apoyo de Emma, decidió enfrentar su adicción. A pesar de no seguir un programa formal, logró dejar el alcohol y, con esfuerzo, retomó su carrera, eventualmente convirtiéndose en lanzador de Grandes Ligas.
Durante su charla con los internos, Erceg subrayó la importancia de enfrentar la adversidad y encontrar apoyo en la comunidad. A través de programas de justicia restaurativa en Boonville, observó similitudes con su propio camino de redención. Con un enfoque en educar y capacitar a los prisioneros, Erceg reconoció que las malas decisiones pasadas no dictan el futuro. Su mensaje resonó con los internos, quienes valoraron su honestidad y disposición para compartir y aprender de sus experiencias.
