Aquí tienes la versión resumida en español:
Los Inolvidables Javier Jaen para ESPN Tom Junod
Eran tan jóvenes. Uno de ellos, Jay Kutner, era mariscal de campo en el Holy Trinity Diocesan High School, New York. Durante un partido de fútbol, una jugada aparentemente rutinaria terminó en tragedia cuando Jay sufrió una lesión que le dejó inmóvil en el campo. Pese a sus esfuerzos y su valentía, nunca se recuperó y murió después de meses hospitalizado. Jay era carismático y querido por sus compañeros, famoso por ser buen amigo y siempre estar dispuesto a ayudar.
El otro joven, Caden Tellier, también era mariscal de campo, en la Morgan Academy de Alabama. En su primer partido de la temporada, sufrió una fuerte caída durante un tackle limpio. Aunque se levantó de inmediato, pronto dijo que no se sentía bien y se desplomó. Llevado al hospital, Caden fue declarado con muerte cerebral poco después. Al igual que Jay, Caden era un joven querido y admirado por su dedicación al deporte y su fe.
Ambos jóvenes dejaron un impacto duradero en sus comunidades. Tras sus muertes, sus familias y amigos encontraron formas de honrarlos. Jay fue recordado por su valentía, y sus compañeros usaron su ejemplo para ganar importantes partidos. Caden, quien aspiraba a un renacimiento espiritual de su equipo, inspiró una unión en su comunidad escolar y la creación de una fundación en su nombre.
A través del dolor, las historias de Jay y Caden mantienen viva su memoria y destacan la dualidad de ser jóvenes prometedores cuyas vidas fueron transformadas y truncadas por un deporte que tanto amaban. Aquí radica el legado de los que nunca son olvidados.