El primer día de pretemporada despierta gran optimismo entre los futbolistas profesionales. La llegada a las instalaciones marca el inicio de un nuevo viaje, dejando atrás la temporada pasada y renovando esperanzas. Sin embargo, la pretemporada ahora implica más estrés y trabajo arduo. Los jugadores deben prepararse durante la offseason para estar listos desde el primer día, lo que ha cambiado significativamente desde mis inicios en 2004.
Hoy en día, todo se mide y se evalúa en detalle. Durante mi tiempo en Queens Park Rangers, nos exigían no subir más de un 1.5% de grasa corporal entre temporadas. Aunque las reglas han evolucionado, las sanciones siguen presentes. No querer ser visto como poco comprometido es una motivación fuerte para los jugadores. Casos como el de Kalvin Phillips en el Mundial de 2022, comentado por Pep Guardiola, ilustran cómo incluso mínimos cambios en la composición corporal son observados detenidamente.
Para nuevos fichajes, la integración es un proceso delicado. Es esencial entender la cultura del club y ganarse la aceptación del equipo. Las bromas y desafíos iniciales prueban el carácter de los nuevos jugadores, una práctica conocida en equipos como el Arsenal de Thierry Henry, según revela Cesc Fàbregas. Los jugadores enfrentan además giras internacionales extenuantes, parte inevitable del trabajo en un fútbol cada vez más globalizado.
La pretemporada ofrece esperanza, pero también exige enfrentarse al estrés y la emoción del fútbol profesional. Los equipos con culturas sólidas ayudan a los jugadores a adaptarse mejor a estos desafíos, garantizándoles beneficios a futuro en la temporada.
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